Donald Trump y su fracaso en los casinos de Atlanta City. Su incursión en la industria del juego en los años 80 acabó siendo un auténtico quebradero financiero para el actual presidente de los Estados Unidos. La expansión del negocio, ser competencia directa, la deuda excesiva y una nefasta gestión fueron las claves del fracaso estrepitoso del magnate americano.
El presidente número 47 de los Estados Unidos, Donald Trump, es un personaje controvertido que no deja indiferente a nadie. Sus políticas son criticadas y alabadas a partes iguales dentro y fuera de los Estados Unidos. No obstante, si por algo destaca el republicano es por ser un auténtico businessman. Su principal fuente de ingresos proviene de sus negocios inmobiliarios; además, posee empresas en sectores como campos de golf, restaurantes, medios de comunicación, casinos,… Sin embargo, no todos los negocios han sido rentables. Si hay un sector que se le resiste es el sector del juego. Su incursión en los casinos fue un fracaso y lo que pretendía ser un éxito acabó siendo un fiasco.
Trump Plaza, un complejo de máximo lujo
La incursión de Donald Trump en el sector de los casinos se remonta a 1984 con la inauguración de Trump Plaza, el primero de sus complejos construido en Atlanta City. El complejo estaba operado por Trump Entertainment Resorts y era un auténtico paraíso para los amantes del entretenimiento, el juego y el lujo. Disponía de 906 habitaciones, 7 restaurantes, una zona de fitness y sala de exposiciones. No obstante, si por algo destacaba era por su imponente casino.
Pocos meses después de su inauguración, el Trump Plaza era uno de los complejos que más beneficios reportaba de toda la zona. Su meteórica incursión fue decisiva para la creación de dos nuevos casinos, Trump Castle (1985) y el Trump Taj Mahal (1990). El objetivo real del magnate era desbancar a Las Vegas como centro neurálgico del ocio y entretenimiento.
El Trump Taj Mahal fue proyecto más personal y ambicioso. Se estima que costó alrededor de 1.200 millones de dólares y fue financiado con bonos de alto riesgo. Disponía de increíbles y lujosas instalaciones en sus más de 11.000 m2 . Tenía mesas de póker, slots, baccarat,… Además de contar con seis restaurantes, entre los que se encontraba el Hard Rock Café. Se publicitó como “la Octava Maravilla del Mundo”, sin embargo, el complejo entró en bancarrota un año después de su gran inauguración a la que asistió Michael Jackson.
Donald Trump y su fracaso en los casinos
La expansión del negocio, ser competencia directa, la deuda excesiva y una nefasta gestión fueron las claves del fracaso estrepitoso del magnate americano. Donald Trump sufragó sus casinos en Atlantic City a través de bonos basura de alto riesgo con la esperanza que los ingresos cubrieses las estratosféricas deudas. Sin embargo, la falta de liquidez y las altas tasas de interés acabaron por destruir su sueño y su castillo de naipes se diluyó.
Donald Trump y su fracaso en los casinos al ser competencia directa de sí mismo. En un mercado tan delimitado como Atlantic City disponer de tres mega complejos (Trump City, Trump Castle y Trump Taj Mahal) fue en su contra, ya que acabó por dividir a su clientela en lugar de fortalecer su imperio. En lugar de dominar la industria, sus propios negocios se quitaron clientes entre sí, reduciendo la rentabilidad de cada uno.
Sin lugar a dudas un factor externo que agravó la situación fue la legalización de casinos en otros estados de Estados Unidos. Por esas fechas en Connecticut y Pensilvania legalizaron el juego, lo que atrajo a muchos apostadores que antes viajaban a Atlantic City. Menos turistas y más competencia significó el final de la era Trump en Atlanta City. El sueño del actual presidente de EE.UU y su expansión ambiciosa acabó convirtiéndose en un fracaso estrepitoso.
Trump Entertainment Resorts se declaró en quiebra en 1991, 2004, 2009 y 2014. Fue en 2016 cuando el Trump Taj Mahal fue adquirido al multimillonario Carl Icahn, quien ha su vez lo revendió a Hard Rock International. La mala gestión hizo que miles de empleados e inversores perdieran dinero, pero Trump logró proteger su fortuna personal.
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